martes

Nunca supe explicarme bien. Mucho coger un folio, y conseguir llenarlo con cosas que se me ocurren, pero lo que es explicarme, yo misma, lograr llegar a algo que se denomine coherente, nunca. Y ahora me encuentro en un momento en que no quiero saber nada, en que lo mío es irme de fiesta y no volver nunca más, que me duelan los pies de los tacones y arriesgarme a andar descalza por la discoteca aunque los cristales rotos estén llenando el suelo. Necesito no hablar, que nada se escuche, que la música empape mis oídos durante todo el día, que la cabeza esté a punto de estallar. Llegar a no sentir nada, que aunque me pinches no salga ni un quejido de mi boca. Necesito no tener una casa a donde volver, necesito buscarme la vida que nadie quiere ni merece. Necesito ir quitándome la piel a tiras y dejarla en el camino por si algún día me apetece regresar. No querer a nadie, o no querer quererlos. Saber si todo el mundo se siente igual o se siente diferente, saber si a todo el mundo le destroza lo ajeno tanto como lo de dentro.

6 comentarios:

  1. debilidad de palabra, le pasa a cualquiera.. pero se supera facil ;) besos linda :)

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  2. yo emborrono cuadernos que luego quemo!!!

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  3. Es muy bueno el texto. Y me pasa algo parecido a ti. ME gustaa! bss

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  4. "Necesito ir quitándome la piel a tiras y dejarla en el camino por si algún día me apetece regresar"

    qué palabras.

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  5. El texto tiene mucha fuerza!
    Me ha llamado la atención que seamos las dos gallegas y creásemos el blog en el mismo mes (es una tontería, lo sé) xD

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  6. Menudo texto. Me ha encantado, te lo juro. Creo que refleja muchisimo lo que sentimos a estas edades. Genial. Un beso.

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