domingo

me he encontrado con las ganas tiradas en cualquier parte, queriendo irse poco a poco, sin prisa pero sin pausa. me he dado de cuenta, como tantas otras veces, que los finales felices duran un segundo y son una puta mierda, que a mi cabecita se le hace demasiado fácil hacerse ilusiones, y que la vida quiero vivirla rápida y fugazmente.

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