sábado

El recuerdo no me deja dormir, y se me ha quedado ahí clavado, tanto tanto que duele como las astillas bajo las uñas. Ha anidado en mi almohada, se ha echo casa propia en el hueco contra la pared para no separarse mucho de mi, y ahí está, aguardando como un centinela por mi sueño, para que no venga y no me lleve con él. Y de repente aparecen todas las cosas que me quedaron por decir, tarde, siempre tarde, que tal vez las cosas hubiesen sido diferentes, que tal vez por una vez yo tendría la última palabra. Y ahora solo queda joderse porque mi último pensamiento del día es para ti, como siempre.

3 comentarios: